Devolucion de un adeudo con mandato

Gestión de mandatos
Cobrar en otra moneda siempre es más difícil, porque hay que tener en cuenta los tipos de cambio. El sistema de pagos de la Zona Única de Pagos en Euros (SEPA) se puso en marcha para suavizar este problema y hacer que los pagos en toda Europa fueran tan sencillos y baratos como los que se realizan a nivel local. Su popularidad ha crecido y ahora gestiona 122.000 millones de pagos electrónicos al año.
El adeudo directo SEPA (SDD) es un sistema de pago, puesto en marcha en 2009, que utilizan las empresas para recaudar fondos en euros. Dado que las empresas trabajan tanto con consumidores como con otras empresas, se crearon dos regímenes distintos en el marco del SDD: el régimen B2C y el régimen B2B.
El esquema B2C (Business-to-Consumer), también llamado esquema Core, está pensado principalmente para las transacciones entre las empresas y sus clientes, pero puede ser utilizado por cualquier pagador. Todos los bancos que permiten los pagos por domiciliación en euros ofrecen también pagos B2C. El esquema B2C permite a los pagadores obtener reembolsos en un plazo de 8 semanas desde el pago original.
El esquema B2B (Business-to-Business) es sólo para las transacciones entre empresas. Este régimen no permite devoluciones a menos que el pagador pueda confirmar que no aceptó el mandato. Tienen hasta 13 meses después de la fecha de pago para demostrarlo.
Referencia de la orden de domiciliación
Ya sea para pagar la factura de Internet, el alquiler de la oficina, los préstamos o incluso las cargas sociales, los adeudos directos SEPA (artículo en francés) son a menudo la opción más fácil para liquidar los gastos recurrentes de su empresa.Todo lo que tiene que hacer es proporcionar su información bancaria (relevé d'identité bancaire o RIB) a su acreedor y firmar un mandato de adeudo directo para establecer el pago automático de facturas. Una tarea menos a tener en cuenta.Pero a veces sus domiciliaciones automáticas pueden ser rechazadas y ahí es donde las cosas se pueden complicar. Normalmente, tendrá que ponerse en contacto con su beneficiario lo antes posible para encontrar otra forma de pagar su factura. Resultado final: pierdes un tiempo precioso. En este artículo se explica detalladamente por qué pueden rechazarse los adeudos directos SEPA y se ofrecen algunas buenas prácticas para evitar que esto ocurra en el futuro.
Es bueno saberlo: Los adeudos directos SEPA no pueden entrar en vigor sin que se envíe a su banco un mandato completo y firmado. Es un documento muy importante porque sirve como autorización formal para que su acreedor pueda cobrar de su cuenta. Sin el mandato, no hay adeudo de fondos.
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Como asegurador, es posible que ya esté familiarizado con la gestión de mandatos. Son una parte esencial para gestionar adecuadamente los mandatos de domiciliación de sus clientes y le permiten hacer un seguimiento de todos los contratos y pagos recurrentes de sus clientes. Un mandato representa un acuerdo o aprobación de sus clientes, por el que aceptan tener una facturación recurrente en sus cuentas bancarias. Esta aprobación debe ser gestionada, actualizada y almacenada de forma segura, incluso cuando los contratos ya no están activos. En este artículo, hablaremos de la gestión de mandatos y de cómo Imburse puede ayudarle a optimizar sus operaciones de gestión de mandatos de domiciliación bancaria.
Un mandato es un acuerdo o "instrucción" en el que el pagador autoriza al beneficiario a cargar regularmente una cantidad de dinero en su cuenta. En las domiciliaciones, por ejemplo, el cliente se compromete a que la empresa retire una determinada cantidad de su cuenta mensual o trimestralmente a cambio de un servicio continuo -pensemos en facturas, suscripciones o pólizas de seguro-. El mandato representa simplemente el contrato entre estas dos entidades. Puede leer nuestro artículo anterior si está interesado en saber más sobre el tema y qué debe tener en cuenta si desea ofrecer servicios de pago recurrente a sus clientes.
Mandato de domiciliación de Sepa
El adeudo directo o la retirada directa de fondos es una operación financiera en la que una persona (o empresa) retira fondos de la cuenta bancaria de otra persona[1]. Formalmente, la persona que retira directamente los fondos ("el beneficiario") da instrucciones a su banco para que cobre (es decir, cargue) una cantidad directamente de la cuenta bancaria de otra persona ("el pagador") designada por el pagador y abone esos fondos en una cuenta bancaria designada por el beneficiario. Antes de que el banco del pagador permita que se realice la transacción, el pagador debe haber avisado al banco de que ha autorizado al beneficiario a retirar directamente los fondos. También se denomina débito preautorizado (PAD) o pago preautorizado (PAP). Una vez establecidas las autoridades, las operaciones de adeudo directo suelen procesarse electrónicamente.
Los débitos directos suelen utilizarse para pagos recurrentes, como los de las tarjetas de crédito y las facturas de servicios públicos, en los que los importes de los pagos varían de un pago a otro. Sin embargo, una vez establecida la autorización, las circunstancias en las que se giran los fondos, así como las fechas y los importes, son una cuestión de acuerdo entre el beneficiario y el pagador, de la que no se ocupan los banqueros[2].